Alguien

A veces me pregunto si alguien como ella.
No hablo del color de ojos, o el tamaño de la boca, ninguna inutilidad en detalle.

Si algún día alguien como ella. 
Cómo en saber los momentos justos del abrazo sin leer las instrucciones, o en los te extraño donde va el número en las hojas para que me pierda un poco en las lecturas.

Me pregunto de día, si alguna noche alguien como ella vendrá a desordenarlo todo.
Y la felicidad en el chiste inesperado sobre el problema superficial.

Si alguien, como ella, podrá ser capaz. 
Hablo del fuego, de esa pasión y querer encenderlo todo. 
De esa paz en el sueño, de estar en paz con sus sueños. 

Si alguien como ella vendrá a dar pelea, se quedará al lado, incluso con la tristeza sincera.

Me ilusiono con que si no puede alguien como ella, que sea ella; pero caigo en la imposibilidad y sólo me pregunto si alguien.
La imposibilidad descansa en la ventana abierta contra la pared, despertando, y el lado de tu cama vacío. El detalle de tu nariz en la almohada y en mis manos las tuyas como arena.

Cuando la veo caminando fantaseo con que se de vuelta pero solo pasa en las películas, en la vida real nadie se despide de la manera correcta.

Por eso nunca le pongo llave a la puerta que da a la calle, tal vez alguien necesite entrar a cerrar la ventana porque hoy se siente el frío, sobrepasa los burletes y ya enfrió todas las calles.



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