La Grieta

Anoche me tocó presenciar una secuencia horrible: cerca del final de la Peatonal de Mar del Plata, la discusión fue tomando calor y cada vez eran más los curiosos y curiosas, de a uno o en familia, que frenaban la marcha para observar a los machos a los gritos, como si fuera un espectáculo más, pero de manera gratuita.
El conflicto había sido la competencia desleal que denunciaba el dueño del local frente al pibito mantero, a quien había pedido de manera poco amistosa que se corriera a la otra esquina por la similitud de los productos.( Si les digo que fue por palos para auto-foto, se reirían. Sí, así fue.)
Por un momento, parecía que todo terminaría en gritos y hacerse los compadritos. Pero (a mi parecer) el de mejor posición, propinó una patada a la mercadería del pibe. Le rompió todo, inclusive su celular. Amenaza va, policía viene. Que porque no me lo pedís bien, que porque no te volvés de donde venís, que te voy a romper los vidrios, que eso es amenaza oficial tome nota, que quién empezó, y las típicas recorridas por ambos árboles genealógicos y un mar de gente tomando partido. Yo seguía adentro escaneando productos de la poquita gente que entraba y que también cerraba todo a la posibilidad de la dicotomía de estar con uno u otro.
Hasta que... 2 contra 2. Sí, el dueño pegandole al pibe que no se quedó atrás y tuvo compañía, por lo que un empleado salió a empardarla. Hicieron una calesita de piñas. Todos mirando. La policía llegó en tortuga paralítica, cuando la pelea había sido detenida por otros gritos exclamativos y por una madre que estaba con sus hijos al grito de "yo también soy comerciante, y no es la manera", apuntando directo al comerciante de local.
El conflicto ahora eran los impuestos: "yo pago mis impuestos, para que vengan los negros y me vendan todo a 200 pesos menos".
¿Si tiene razón el comerciante? Y si tiene todo en regla, sí.. (cosa que no suele ocurrir). Ahora bien, ¿es la forma? No, menos iniciada por quien está en ventaja. Ambos estuvieron mal, todos estuvimos mal. Ninguno quería dejar su lugar de espectador, algunos no podíamos, otros tomaban partido. Por un momento temí lo peor, y me sentí en el circo romano.
Ya calmados los ánimos, a excepción del comerciante quien insistía con la evasión impositiva y la desventaja, se acerca el colega del vendedor ambulante, quien incluso participó en la trifulca y le dice "algun día vamos a poder estar como vos, apuntamos a eso. Vos que estás bien, nos tenés que entender y dar una mano".
Cuánta discusión y debate nos hace falta como sociedad y que necesario se hace planificar Mar del Plata. La grieta nunca va a cerrarse con exclusión, porque la exclusión es la grieta.



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