Protagonistas

-"Qué se termine la mafia."
 Dice el vecino de al lado, que lleva al perro a cagar a la vereda del otro vecino. Aquel que robó un metro de medianera de la vecina que no le alquila a la chica con el bebé pero defiende otras dos vidas ante la cámara. Esa que la maneja el tipo que tiene casitas pero no te da el recibo de alquiler. Ahí donde alquila la chica que dice que hay que matar a los negros como el de enfrente, el que escucha cumbia a todo lo que da y el pibito en brazos llora. Mientras sube el volumen, mientras dice que todo lo que se ganó es fruto de su esfuerzo, mientras le sigue subiendo al parlante del equipo de sonido que compró robado al de la vuelta.  Aquel flaco que roba pero no jode, no como la piba del pasillo que tiene un nenito que llora mucho.

-"Qué se termine, sí."
Le responde el vecino del almacén de la esquina, mientras le enchufa un billete falso al almacenero que le cambia la fecha al vencimiento del producto que viene con el proveedor que nunca dijo buen día a las viejas, pero le gusta el culo de la empleada. La piba aquella que fuma porro en el descanso, comprado al tranzita de la otra calle, ese que empezó a entrenar para entrar a la Fuerza. La misma que ayer detuvo al hijo del vecino  de enfrente por usar vicera y ser morocho, pero que dice y afirma que nunca robó porque el padre le enseñó que a los chorritos hay que matarlos a todos.

- "Y sí, con los milicos estábamos mejor"
Repite el canillita que vende mentira a diario. Aquel, al que le desaparecieron al primo, pero bueno, algo habrá hecho. 

El que la baja el diario, asiente con la cabeza. En un rato con los muchachos van a parar la protesta de los zurditos de la facultad. Esa, donde se miran de arriba a abajo, en la extensión barrial se tapan la nariz,  y después de los mocos y andar en patas, van al bar. Ese que no pasó el control pero dejó el billetito abajo del plato del funcionario que se cansó de los acuerdos por eso dice:
"Qué se termine la mafia"

Yo me acuerdo bien de todo, aunque los años pasaron y crecí, conozco bien a los vecinos que me patean la cabeza porque el nene tiene hambre y llora. Es que el almacén hoy no fía: está ocupado escribiendo el titular.


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